Aunque soy muy joven, ya he sufrido dos abandonos, uno cuando apenas era mayor que una mano y otra ahora. Después de tantos años, mi humano me ha dejado de querer, de la noche a la mañana sobrábamos, no éramos queridos y además no quiso darnos un buen hogar, nos envió al refugio de donde nos cogió. Es tan fácil deshacerse de un animal, sin pensar en lo mal que vamos a pasarlo, rodeado de humanos y gatos desconocidos. Además estoy malito, pero no ha importado, me han echado y con el disgusto y el stress me voy a poner peor, pero eso no importa porque solo soy un gato que cayó en malas manos. 

Aquí me han dicho que encontrarán un hogar para mi, pero se que no es cierto, son muchos los gatos que lo necesitan y no hay casas para todos y yo no soy ningún bebe,  solo un gatito con el corazón roto. Además, me falta un ojito por lo que aún es mucho más difícil encontrar un hogar,  me gustaría irme con mi amiguita Taylor, siempre hemos estado juntos y nos queremos mucho.

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