Estaba en la calle muy malita, me estaba muriendo y ya no me quedaban fuerzas, la persona que me alimentaba me llevo al veterinario y estuve dos días ingresada, seguía muy enferma pero dijeron que era salvaje y que me devolvieran a la calle. 
Pero llego la noticia de mi existencia a Lara y me hicieron un sitio, nada más llegar vi que estaba a salvo y me querían, así que empecé a ronronear y pedir mimos, he vuelto a tener un hogar, el que perdí cuando los humanos con los que vivía me dejaron de querer, pero me dicen que están buscando una familia buena que me quiera para siempre 

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