Me abandonaron en mitad de ninguna parte, simplemente pararon el coche y me dejaron al lado de la carretera. Hacía mucho frío y era de noche, yo lloraba muy fuerte llamando a mis humanos para que volvieran a por mi. Pasaron las horas y cada vez tenía más frío, ya casi no podía moverme, por eso intenté buscar algún sitio seguro pero fue peor, no ví el coche que venía directo a por mi. Me quedé tirada en mitad de la carretera, un dolor horrible me inmovilizaba, me arrastré hasta volver al borde de la carretera y allí esperé mi final.

Llegó otro coche y paró, levanté la cabeza con la esperanza de que mis humanos se hubieran arrepentido de dejar una cachorrita a la intemperie en pleno enero, pero no fue así, eran unos extraños y me dió mucho miedo intenté huir, pero mi patita estaba rota y el dolor era terrible.

Me cogieron y me llevaron a su casa, me dieron calor y algo de comer, pero estaba muy malita y no sabían que hacer conmigo, pidieron ayuda a LARA y así llegué al refugio.

Dicen que tengo muchas fracturas, la patita, la mandibula... me han tenido que operar porque mis heridas no podían curarse solas, estoy cogiendo fuerzas y confianza con los humanos y ya me dejo tocar. 

Pero necesito un hogar donde reponerme de mis heridas y me den mucho amor, todavía soy una cachorrita y he sufrido mucho.

adopciones@asociacionlara.org