Mi mamá y mi papá tenían una familia y un hogar, pero un día sus humanos les dejaron de querer y les dejaron en la calle. Allí nacimos nosotros cuatro. Ellos nos protegían y pasaban el día buscando algo para darnos de comer, porque éramos muchos. Vivíamos en una caja de plástico que nos protegía un poco del frío, hasta que una chica nos vió y se dió cuenta que nos habían abandonado. Sabía que para los gatos caseros es muy difícil sobrevivir en la calle, como mucho podríamos haber pasado el verano, pero con el frío habríamos muerto sin remedio.

Ahora estamos en Lara, nos han contado que están buscando un hogar para nosotros, y que no tengamos que crecer en el albergue.

¿Eres tu mi nueva familia? ¿Tienes un rinconcito para mí?

Contacto: adopciones@asociacionlara.org

691598283